dc.description.abstract | En la actualidad, las necesidades educativas originadas por los cambios sociales, económicos, tecnológicos y científicos han hecho repensar las estrategias educativas en las Instituciones de Educación Superior en Latinoamérica, orientándolas a la formación de un egresado eficaz con competencias profesionales acordes a las anteriores necesidades. El problema radica en que el modelo de educación tradicional no forma al estudiante para la resolución de problemas reales.
Los profesores implementan en sus clases ejercicios teóricos con respuestas que son muy conocidas, y no generan ningún tipo de nueva duda. Los estudiantes, generalmente logran la asimilación de estas soluciones y la replican ante contextos idénticos, sin embargo, no aprenden a abordar una situación real y afrontar cualquier cambio supone para ellos dificultades insuperables, conduciendo a la manipulación no significativas de datos, fórmulas e incógnitas y de forma frecuente al abandono.
Asimismo, la globalización es una realidad a la que las instituciones de educación superior europeas se enfrentan diariamente motivado, entre otros causas, por la demanda cada vez más exigente en el mercado laboral. Por lo tanto, para adaptarse a esta exigencia de tipo geográfica, en el mundo universitario auspiciado por el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), apuesta por la implantación de modelos enfocados en el desarrollo intelectual, personal, emocional y profesional de los estudiantes, así como en la profundización al momento de la apropiación del conocimiento.
El conocimiento se convierte en una masa exponencial de verdades inciertas, donde es difícil decidir sobre los contenidos y/o métodos enseñados en ciencia (Olivares y Khan, 2010). Por ello, los estudiantes actuales y futuros deben formarse en técnicas didácticas que les permitan desarrollar habilidades que les ayuden a tomar decisiones adecuadas sobre qué aprender y qué aplicar a lo largo de su vida personal y profesional.
Entre las opciones originadas a raíz de las necesidades educativas, se encuentra el aprendizaje basado en problemas (ABP); que ha sido usado en varias carreras con buenos resultados y, con tantas variaciones como universidades existen en el mundo. El ABP es uno de los métodos más adecuados, puesto que se considera un método interdisciplinar que presenta un enfoque innovador que arraiga sus orígenes en el constructivismo (Harland, 2003), se enfoca en el trabajo, aprendizaje, investigación y reflexión que desarrolla el estudiante de forma autónoma o en grupo para llegar a la resolución de los problemas planteados por el profesor. La resolución de los mismo supone el desarrollo y adquisición de ciertas competencias, habilidades que pueden ser aplicadas posteriormente en el entorno profesional, puesto que uno de los propósitos principales de este método es que el estudiante aprenda a resolver una problemática profesional.
Aunque con el tiempo se ha adaptado a otros contextos y se ha aplicado de diferentes formas, el proceso de aprendizaje generalmente requiere que cada estudiante dedique tiempo al autoestudio, comparta y discuta con grupos de estudiantes, y evalúe críticamente sus resultados.
El ABP ha recibido muchas críticas para aumentar el rendimiento académico, al menos a través de pruebas escritas, en comparación con la educación tradicional basada en cursos introductorios. Por ejemplo, Beers (2005) no encontró diferencias significativas en los puntajes de las pruebas entre los estudiantes de enfermería que usaban técnicas didácticas de ABP y las clases tradicionales basadas en la exposición de conocimientos.
De manera similar, Gijbels, Dochy, Van den Bosshe y Segers (2005) analizaron un total de 40 estudios comparando el desempeño de estudiantes preparados con ABP con aquellos entrenados en clases de estilo conferencia. Sus hallazgos sugieren que no existe una diferencia significativa en el nivel de conocimiento al usar tecnología didáctica, e incluso puede haber desventajas con métodos tradicionales como conferencias o discursos. Sin embargo, los autores encontraron ventajas en el desarrollo de habilidades de las relaciones de conceptos y el nivel de su aplicación, es decir. otras habilidades generales que no están relacionadas con la comprensión del contenido de una disciplina específica.
El ABP ha sido descrito como una técnica didáctica que desarrolla habilidades más generales en comparación con otras estrategias como la gestión de casos o el aprendizaje basado en proyectos (Villa y Poblete, 2007).
Para lograr una mayor compresión de lo comentado, la presente obra se centrará en los resultados obtenidos a partir de la relación entre el uso del método didáctico ABP y el pensamiento crítico en estudiantes de la educación superior, así como de la causas que motivan la aplicación de esta metodología de enseñanza, las competencias profesionales que favorece, y las problemáticas surgidas de su implementación. | es_PE |